Siento como el mundo se resquebraja.
Cierro los ojos, y sólo siento dolor,
rabia y frustración.
Pienso en todos los inocentes que han perdido la vida,
en todos aquellos que huyeron del terror,
y en los que vendrá;
y me llevo las manos a la cabeza...
Aquello que llamamos religión
nos ha llevado a una completa deshumanización.
Señores, ésto no es progreso,
se llama INVOLUCIÓN.
Sé que no es fácil encontrar una solución,
pero los hay que sólo queremos la paz
entre todos los pueblos de la tierra.
Por favor, escuchadnos, dejad de matar,
los unos y los otros.
Dejad de arrebatar la vida a personas inocentes,
dejad de derramar sangre,
y así algunos podremos dejar de derramar lágrimas.
Por fin ha llegado Marzo, un mes que me gusta mucho por varias razones.
El día 1 de Marzo hizo un año que nos mudábamos como familia "independiente" a una casita nosotros solos; un precioso apartamento pequeñito de una habitación que sería nuestro nidito de amor, de los tres. Hemos llenado esas cuatro paredes de alegría, sonrisas, besos, caricias y buenos momentos. Y pensamos seguir haciéndolo.
El día 11 de Marzo es el cumpleaños de una persona importantísima en mi vida (aunque a veces ella no lo crea): mi madre. Ella me dio la vida y a veces sólo con sentirla cerca me tranquiliza, me llena de paz y esperanza... Otras veces me desespera y me pone más nerviosa todavía, nos gritamos y nos enfadamos; pero sigue siendo ella, mi madre, la que me dio la vida y a la que no me dará la vida entera para agradecérselo. El mismo día es el aniversario con mi chico, cuatro años juntos que parecen una vida entera, porque en éstos cuatro años juntos hemos vivido de todo, buenos y malos momentos, luchas, un embarazo un tanto estresado, problemas económicos... y seguimos juntos, no hemos abandonado, ni pensamos hacerlo.
Y lo más importante... El día 17 de Marzo, hace dos años, nació mi hijo Aritz. La felicidad absoluta, la sensación de sentirme completa al escuchar su corazoncito latiendo sobre mi pecho, su olor, su llanto... En éstos dos años he descubierto lo que es el amor verdadero, el dar sin esperar absolutamente nada a cambio, la falta de sueño cuando es recién nacido y se despierta cada tres horas para comer, o la misma falta de sueño cuando enferma y se despierta en mitad de la noche con un dolor terrible. En definitiva, en éstos dos años he descubierto que el papel de madre, aquel que tanto temía, no se me queda tan grande. Pero ese es otro tema, y hablaré de él en otro momento.
Ahora lo que quiero es dar la bienvenida al mes de la primavera: los días son un poco más largos y atisban un poco más de sol y mejores temperaturas. Dan más ganas de pasear, de jugar al aire libre...
Se ha ido ya un Febrero un poco raro, que no me ha gustado demasiado, y afronto Marzo como lo que es para mí: un mes bonito cargado de cosas bonitas que sin duda me dará muchos buenos momentos.
He abierto la pestaña "Nueva Entrada" muy entusiasmada, y me he dado cuenta que en realidad no sé muy bien qué escribir. Anoche, cuando me metí en la cama, las ideas me bullían en la cabeza (a puntito estuve de levantarme y ponerme a escribir, pero la migraña que tenía me aconsejó descansar, y menos mal que la hice caso), y quería escribir sobre un montón de cosas, que, para variar, se han quedado en el limbo, porque hoy ya no me acuerdo de nada.
En fin, lo que sí voy a contaros es que ayer me levanté muy retrospectiva, y comencé a leer mis cuadernos antiguos: con textos, poemas, reflexiones y cartas, y pude darme cuenta de lo que he cambiado como persona, y como mujer, y cómo éstos cambios en mí han traído a mi vida cambios muy positivos.
No es que no me guste la persona que era antes, pero tenía demasiados conflictos internos, mantenía luchas conmigo misma, y tenía demasiados quebraderos de cabeza, y muchísimos problemas de autoestima. Si bien es cierto que mi autoestima se ha tambaleado un poco en los últimos 2 años, desde luego no es como antes, ni mucho menos.
Pero leyendo esos cuadernos me di cuenta de algo más, algo que no me gustó en absoluto, y es el daño que he hecho a muchas de las personas que han estado a mi alrededor. Chicos con los que estuve o estuve a medias, buenxs amigxs que fui apartando sólo por dejadez y pereza, y un largo etcétera de personas que estuvieron a mi lado, mis padres incluídos.
Me gustaría poder pedir perdón a todas esas personas, poder decirles que la cagué (aunque en ese momento no me diera cuenta), que no era más que una cría egoísta con afán de protagonismo que no se respetaba a sí misma. Dudo mucho que éstas personas me fuesen a escuchar, y lo que es más, en caso de escucharme, no creo ni que me fuesen a perdonar, pero yo al menos me quedaría con la conciencia más tranquila.
Vamos a ver, que no es que el tema no me vaya a dejar dormir, pero saber que he hecho daño a personas que no se lo merecían, por un puñado de cumplidos, o por dejadez, o por pereza; me pesa, y me pesa bastante. Creo que en muchos momentos fui cobarde y tuve miedo de no quedar bien por decir las cosas claras, pero lo peor de todo es que tenía tal cacao en la cabeza, que ya no es que ni cobarde ni valiente, es que no sabía lo que sentía ni lo que quería. Fui, en todos los aspectos, una niñata.
Sin embargo, si bien esas personas desaparecieron de mi vida sin dejar rastro, vino la ansiedad a recordarme lo que es el karma, y me hizo pagar por todos mis errores. Aún viene de vez en cuando a visitarme, y nos tomamos una tila juntitas, charlando de nuestras cosas. No, ahora en serio, es verdad que aún tengo ansiedad de vez en cuando, pero la ansiedad de ahora es muy distinta a la que tenía antes. Ahora viene infundada por el miedo y la inseguridad de estar sola en casa con el niño y que nos pueda pasar algo (wtf? si piensas eso, mal vamos...), pero, ahora me doy cuenta que cuando llegó por primera vez, fue por esa lucha interna que mantenía conmigo misma; lo que empezó siendo como un runrún que me decía que no estaba haciendo bien las cosas, acabó por no dejarme dormir por las noches y a pensar que ese día iba a ser el último día de mi vida porque en cualquier momento me iba a morir.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces, 14, 12, 10 años, y ahora tanto mi vida como yo somos totalmente distintas, pero ayer tuve que perdonarme por todo el daño que había hecho, y me costó un poquito, de hecho, puede que ni siquiera me haya perdonado del todo, pero vamos, que estoy en ello.
En fin, lo que ha empezado con un "no sé qué contar", al final ha resultado un tocho con mis reflexiones absurdas, pero para mí necesarias, así es que me voy con la música a otra parte.
Por cierto, si eres unx afectadx por mi niñatería y has llegado hasta aquí de manera accidental, te pido perdón.
Ahora que todo se desmorona, dime cómo debo hacer para quitar esta presión del pecho, como evitar que duela.
Dime qué debo hacer para no bañar la casa en lágrimas, para no contagiarle a él la tristeza.
Porque si tú ya no me quieres, ya nada tiene sentido. Siento como se va mi vida con el amor que me has robado, siento que mi corazón deja de latir por momentos.
Dime que hago con las mariposas que aún revolotean en mi estómago, como las freno, porque su cosquilleo me hiere en lo más profundo. Dime como me saco las astillas de éste amor, qué debo hacer para no recordar todos los momentos vividos. Llenamos de alegría la casa, y ahora todos esos recuerdos vienen a mi mente, haciendo que me devore la tristeza.
Todo huele a tí, a tus besos, tus abrazos, tus caricias, tus palabras, tus miradas... ¿Qué hago para olvidarlo?
De nada me sirven las distracciones que me busque, vuelves a mi mente, los recuerdos de los chascarrillos, los chistes, las canciones, las conversaciones, los besos, los abrazos, los te amo, todo vuelve, y las lágrimas ruedan por mis mejillas sin que pueda evitarlo.
Vuelve a mí, por favor, dime que aún me quieres, dime que sigo siendo la princesa de tus sueños, perdona mis errores, y déjame entrar para siempre al paraíso de tus brazos, al del hueco de tu cuello, de donde no debí salir jamás.
Te amo, por y para siempre.
Cuando no estás, el tiempo enlentece,
cuando no se nada de tí, siento que me falta el aire…
Cuando te callas, el mundo parece más ruidoso
si no me tocas, siento frío
Si no me miras, no existo.
Todo es negro, todo es nada, me duele el pecho, no me siento el brazo,
no me siento nada, se me va la cabeza, sólo tengo ganas de llorar hasta extinguirme…
Por favor, hoy necesito tu aliento más que nunca,
necesito tus brazos protectores para disipar todos mis miedos.
Déjame hundir la cabeza en tu pecho y dormir con el latido acompasado de tu corazón,
dame un beso en la frente y júrame que nada pasará porque estarás a mi lado.
Arrópame con tu abrazo y cuando despierte dime que nunca te irás porque me querrás para toda la vida, igual que yo te quiero a tí…
¡Qué terrible la Soledad!, me acecha en cada esquina de la vida,
allá por dónde yo vaya siempre sale a mi paso la muy bandida, y me persigue, me pisa los talones…
Mira que yo intento evitarla, intento correr, refugiarme, cobijarme en la pensión del amor, pero antes de que me abran las puertas, tengo que salir corriendo, porque me alcanza.
Es cómplice de mis sueños, mi maldita compañera de cama; cada noche muero un poco cuando se cuela entre mis sábanas…
A veces, me vacía un poquito por dentro y me hace llorar hasta quedarme dormida, otras veces me hace preguntarme cosas estúpidas y vuelvo a llorar.
Maldita Soledad, amante del tiempo, me haces llorar y luego me dices que me quieres…
Yo no te pido nada, tan sólo que me dejes unos años de ventaja, que ya tendremos tiempo de estar juntas, pero por el momento , deja de atormentarme, deja que por un tiempo sean otros los brazos que me acunen cada noche antes de irme a dormir.
